RENOVANDO LA AGENDA PARA LA PAZ: MOVILIZANDO EL SISTEMA MULTILATERAL PARA PREVENIR LOS RIESGOS NUCLEARES

Abstract

La invasión rusa de Ucrania ha traído de vuelta el fantasma de la guerra nuclear. Un sostenido "ruido de sables" nuclear por parte de las autoridades rusas ha desencadenado un debate dinámico sobre la doctrina nuclear rusa, la viabilidad del uso de ojivas nucleares "tácticas" en el teatro de batalla ucraniano, las supuestas consecuencias de dicho uso, incluido el escalamiento a un intercambio nuclear más amplio con los Estados Unidos y la OTAN, y el impacto que tales desarrollos podrían tener sobre la paz y la seguridad internacional. La alarmante perspectiva de un holocausto nuclear requiere una respuesta política decidida de todas las naciones pacíficas, en particular las del Sur, cooperando con los Estados miembros de las Naciones Unidas que son parte en el Tratado para la Prohibición de las Armas Nucleares (TPAN) y, más ampliamente, en coaliciones “like-minded”, conscientes de las consecuencias humanitarias del uso de armas nucleares. América Latina y el Caribe, y Chile en particular, tienen una responsabilidad especial para desplegar sus capacidades diplomáticas, entre otras cosas, apoyando la "Nueva agenda para la paz" del Secretario General y movilizando las competencias políticas, normativas y operacionales de la Asamblea General.