EDITORIAL
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Abstract
El presente siglo nos ha traído un cambio paradigmático en relación con la Seguridad Internacional. Los grandes cambios políticos y estratégicos que trajo el término de la Guerra Fría, los grandes avances tecnológicos, el surgimiento de nuevos actores internacionales no estatales y la proliferación de elementos que fueron paulatinamente conformando las llamadas “Nuevas Amenazas”, han afec- tado el curso de las relaciones internacionales y han variado el eje tradicional de los problemas de seguridad y de la defensa. Ya, la seguridad de un Estado no solo considera a las amenazas convencionales, como las más recurrentes y prioritarias en sus agendas, políticas y estrategias de seguridad, sino que hay una tendencia de relegarlas a un segundo plano, donde las “nuevas amenazas”, que tienen muchas veces un impacto mucho más directo e inmediato en las sociedades, pasan a copar las agendas de seguridad.